Apareció,
como quien saca un conejo de la chistera.
Pero no me reí,
no era un buen chiste.
Y la magia que creí ver
sólo era un montón de palabras bien dichas.
Dicho esto, me escondo.
Hondo.
No lejos.
Donde (no) me veas.
Para que así, vuelvas.
O no.
Porque te espero.
Y no.
Porque te sonrío.
Y no. No me ves.
Se escondió.
Detrás de ideas. Preconcebidas.
Concediéndome un respiro ahogado.
Ahora no puedo hacerlo
y quiero hacerlo sin poder, queriendo.
Y ahora qué.
Qué debo pensar.
Qué.
No estaría mal que pensaras que esta entrada es mucho más de lo que tu misma puedas creer! <3
ResponderEliminarMe has hecho sonreír.
EliminarGracias, de verdad.
A veces, la vida da más que risas y cerveza.